Entrevista a Maitena (enviado por Rochy Mauricio)

"Ya dije todo lo que tenía que decir"

SUPERADA. La dibujante argentina se siente satisfecha al haber cerrado un ciclo
en su carrera. El futuro, solo ella lo sabe. (Sebastián Castañeda)

Crítica observadora del alterado mundo femenino, la dibujante argentina Maitena decidió dar un golpe de timón en su exitosa carrera. Se encontró con su público
en la Feria Internacional del Libro.


En 1972, Joaquín Salvador Lavado, alias Quino, anunció que se tomaba unas vacaciones en la revista Siete Días ilustrados", donde se publicaba semanalmente su celebrada página de Mafalda. Han pasado 35 años y su célebre personaje solo ha aparecido en muy contadas ocasiones. Hace un año, la celebrada dibujante argentina hizo algo parecido. Después de la publicación del segundo volumen de "Curvas Peligrosas", anunció que se tomaba un año sabático para poner en orden sus ideas. Hoy, Maitena Burundarena no niega ni afirma si regresarán esas alteradísimas mujeres que la hicieron conocida mundialmente. "La verdad es que aún no lo tengo muy claro" --confiesa--. Acabo de terminar un año sabático y me doy cuenta de que todo lo hice mal: No era la idea visitar tantas ferias del libro, dar montones de entrevistas, escribir prólogos para los amigos y algunos desconocidos. La verdad es que eso me ocupó el mismo tiempo que antes me demandaba el trabajo. Y sigo necesitando el tiempo que quería para mí. Por eso, a partir de julio me he propuesto no hacer nada. Llega un momento en que debes decir no y parar de verdad...
¿Estás cansada de dibujar o de mantener el personaje de Maitena, la mujer a la que le piden que opine de todo?
Estoy cansada en forma diferente de las dos cosas. Estoy cansada de mi personaje, el que da las entrevistas y que responde sobre todo. Si tengo que volver a responder a la pregunta "¿Porqué están alteradas las mujeres?" me pego un balazo. Me aburre soberanamente, no puedo contestar. Y por otro lado, estoy cansada de dibujar porque la exigencia me metió en camisa de once varas porque soy muy obsesiva. No paro de hacer bocetos hasta que el gesto del personaje salga perfecto. Eso me lleva mucho tiempo y no lo disfruto. Si para cada historieta tengo que pasarme tres días sentada en un escritorio, ya no me da la gana de hacerlo. Lo que trato de hacer ahora es recuperar el placer de dibujar, sin tanta exigencia. Creo que tengo el privilegio de poder elegir. Ver qué carajo quiero hacer desde la libertad absoluta. Ahora trabajo con unos pinceles japoneses, no tengo apuro, ni necesito quedar bien con nadie, ni ser graciosa, ni brillante. Puedo hacer lo que quiera.
Te has olvidado de la computadora para pintar...
De la computadora, de la pluma y el tintero, del lápiz y del boceto. Ahora dibujo directo con pincel. Y es muy expresivo. No puedo decir exactamente lo que estoy haciendo, pero tiene que ver con un manual para enseñar a hacer algo...
Siempre has dicho que un personaje te acondiciona mucho y te aburres rápido...
No me gusta seguir un personaje. A veces surgen solos, como "la operada" por ejemplo, que aparece en muchas de mis historietas. Ahora estoy escribiendo y me interesan más los personajes de la ficción que los de la historieta.
Hablando de "la operada", si hay un personaje en tus historietas al que no le tienes ninguna piedad al dibujarla es a la vieja estirada, la que lleva sobre el rostro mil cirugías...
¡Pobrecita! En lo personal le tengo mucha compasión, pero trabajando, la verdad es que soy despiadada. No lo hago con maldad, sino porque me llama muchísimo la atención. Me pasa algo muy curioso: hay veces que estoy en un lugar y se me acerca una mujer toda operada y deformada. Pienso que seguramente me viene a putear. Y sin embargo me dice "Cómo me haces reir, adoro tus personajes". Siempre me quedo sorprendida de eso. Con lo cual, descubro dos cosas, que la gente tiene mucho sentido del humor y cero autocrítica (ríe).
La angustia es un tema clave en tu trabajo...
¡Y en mi vida ni te digo!
Pero la imagen que hoy proyectas, viviendo frente al mar, felizmente casada, con los hijos. Uno creería que vives muy tranquila para seguir con tus "Mujeres alteradas".
No. Estos últimos años estuve haciendo "Curvas Peligrosas", una serie de dos libros más cerca de la neurosis y la angustia. Creo que es el trabajo más profundo que hice, y sin embargo, personalmente estaba más lejos que nunca de la ciudad, de la neurosis y de la angustia. No es una novedad que la distancia siempre sirve para ver mejor. Lo que pasa es que siento que ya dije todo lo que tenía para decir.
¿Sientes que sufres de lo que llamabas "La enfermedad del dibujante", volverte más reflexiva y perder el humor?
Absolutamente. En algún momento se me mezcló el hecho de ser latinoamericana, una identidad que tiene mucha importancia para mí; el vivir en un país donde los niños se mueren de hambre y tener una página semanal que leen millones de personas. En algún punto sentí el compromiso de hablar ciertas cosas. Pero yo no quiero hacer eso, mi lugar es de humorista.
Hace poco te operaron de las cuerdas vocales. ¿Qué tan simbólico fue perder la voz por un tiempo?
Curiosamente, fue cuando terminé la serie de "Curvas peligrosas". ¡Justamente cuando pensaba que hablaba demasiado en mis historietas me quedé muda dos meses! Además tuve que dejar de fumar. Y dejé de beber. Y dejé de trabajar. Todas cosas compulsivas. ¡No sabes la revolución que tengo en la cabeza! Tengo un mundo nuevo y soy una persona diferente. Ya no necesito el dinero y no me importaría hacer algo que no fuera un éxito comercial. Estoy muy entusiasmado con eso.
NOMBRE
Maitena Burundarena
EDAD
44 años
TRAYECTORIA
En su último libro, "Curvas peligrosas II", Maitena se describe como una madre de tres hijos de padres distintos, entre el primero y el último trascurrieron veinte años en los que le pasó de todo: fue ilustradora de textos escolares, dibujante de cómic erótico y guionista de TV. El éxito golpeó su puerta con sus series "Mujeres Alteradas" y "Superadas".
Vive entre su natal Buenos Aires y un pequeño pueblo en Uruguay que considera su refugio.
Enrique Planas

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