El día 26 de septiembre se anunciaba como una jornada excepcional. Ante la lectura de la hoja de servicio del día (ver documento abajo), el primer asistente del realizador Christophe Vassor no sabía por donde salir: "¡Hojas de servicio como ésta, al igual que unas vedettes, no se ven a menudo en el mundo del cine!". El hormiguero se agitaba como nunca: ¿Cómo acoger dignamente a estas personalidades múltiples y carismáticas? Dicho de otro modo, ¿qué hacer para que todo el mundo se lo pase bien?
Stéphane Roussseau/Alafólix, nuestro galo de Québec, una especie de Tragicómix (
Astérix Legionario) o de Cómix (
La gran zanja) en esta película, está a punto de felicitar a
Clovis Cornillac/Astérix en la pista del estadio. Son las nueve de la mañana, el sol alicantino calienta las gigantescas cámaras de filmación y anuncia a las claras sus intenciones: ¡El día será muy caluroso!
La primera escena acabada en tres tomas: la caravana se estrella contra la tribuna presidencial. A la derecha, un magnífico carro blanco y dorado, tirado por cuatro espléndidos caballos también blancos se apresta a coger el límite interior de la pista, justo el lugar donde me hallo. Ok, ok, me aparto hacia la izquierda en el mismo instante que un segundo carro, rojo esta vez, ¡por poco no me atropella! "
¡Heyyy, guerreros, a ver si miráis por donde vais!", dije yo muy en serio. El especialista que guía el carro rojo se detiene. Se da la vuelta hacía mi. Y ni corto ni perezoso se me acerca para proponerme dar una vuelta con él. No tendría que haberle dicho que sí, francamente. ¡Astérix es todo péplum y auténtico a la vez, os digo!
Apenas repuesto de mis emociones, un pequeño grupo vestido de época ha tomado el estadio justo debajo de la tribuna presidencial.
Gérard Depardieu, por delante, ya que no tiene que volver hasta después del mediodía, ha venido como turista con su gran camiseta fetiche naranja. Saluda a nuestro nuevo bardo,
Franck Dubosc, que llegará a convertirse en una verdadera referencia por su burbujeante interpretación del personaje de Asegurancetúrix. Es, de lejos, uno de los más grandes hallazgos del filme: el reparto es casi perfecto. Pues, cuando hayáis visto a
Alain Delon como Julio César, ¡os quedaréis de una sola pieza! Él es César. Es una colaboración que realiza para el tercer largometraje de Astérix de carne y hueso, ¡y nadie le ha visto hasta ahora en un papel así! En la escena compartida con
Benoît Poelvoorde/Brutus, los dos están sencillamente tal para cual.
Por el momento, estamos bajo las sombrillas, con Mulus/
Jerôme Le Banner, campeón de K-one, que se prepara al lado de
Elie Seimoun (quien representa, en comparación, un volumen de poco más de un tercio) y de
Michael Herbig, actor celebérrimo en Alemania, aprestado al rol de sufrido y doloroso Brutus. Todo este hermoso mundo está rodeado por un mogollón de asistentes, preocupados porque todas las escenas del día puedan estar en la lata antes de las seis de la tarde, ¡horario sindical español! En lo alto de la tribuna, César/Delon, imperial él, acompañado por la encantadora
Vanesa Hessler/Irina y de su padre, el rey Samagas/
Bouli Lanners, el otro talentoso belga de la etapa. La Iouma, la cámara que parece un alien en movimiento, se acerca por cuarta vez al rostro del César.
Frédéric Forestier, el realizador, que acaba de repetir incansablemente las palabras "motor", "acción", anuncia un último "¡corten!" - es decir, la pausa del bocata - La pausa "bocata" interrumpirá un gran momento que daba ritmo a la película. En otro lugar, Gérard Depardieu se regala, no solo de bocatas, pues se encuentra en una fase golosa y siempre va comiendo algo antes y después de la pausa. Como guasón tragaldabas, le encanta estigmatizar los defectos de unos y de otros. ¡Allá, con los bocadillos sindicales, él ya ha tenido suficiente inspiración!
También he visto acabada la Aldea de Astérix. A una veintena de kilómetros de los estudios y del estadio, en plena naturaleza, a dos pasos del mar, Aline Bonneto y su equipo ha construido una aldea gala real y auténtica. En la plaza de la misma, en donde se han querido poner choza con choza a enemigos tan íntimos como son Ordenalfabétix y Esautomátix, me espero para ver aparecer a nuestros dos héroes.
Es verdaderamente una poción mágica que se está cociendo en el país íbero y ¿sabéis qué? ¡Hey, que Iberia 2006/2007 será dura, pues habrá que esperar a la 2007/2008 para descubrir esta locura gala! ¡Ya os podéis ir preparando!
1 Comments:
Pelín largo el post, pero muy que muy interesante. Asterix merece de toda la atención, por haber sido sin duda un estandarte de este tipo de cómic.
By elvenbyte, at 3:02 p. m.
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