Superman, símbolo pop
“Es un pájaro, es un avión, no… ¡es superman!”, es una de las exclamaciones más repetidas en cine y cómic. El primer superhéroe de éxito de la historia regresa con nueva película, “Superman Returns”
EFEEl Universal
Madrid, España
Miércoles 14 de junio de 2006
De la revista Neorama Dos Quadritos
EFEEl Universal
Madrid, España
Miércoles 14 de junio de 2006
00:01 El recuerdo del actor estadounidense Christopher Reeve queda en un segundo plano tras el elenco integrado por Kevin Spacey, Eva Marie Saint y Brandon Routh, como el hombre de la capa en la nueva cinta “Superman Returns”. No obstante, la acogida de los filmes no ha superado aún a los cómics y la ingente mercadotecnia en torno al mito.
Superman fue el primero, la leyenda y mito o el deseo de muchos pequeños que se sirvieron de su atuendo – uno de los más populares- para encarnar al hombre de la ‘s’ en el pecho en carnavales o fiestas de disfraces. Además, el mundo está lleno de ejemplos de gente ataviada con el célebre traje para reivindicar, llamar la atención o simplemente realizar una declaración de intenciones no exenta de ironía.
Símbolo pop
Este personaje ficticio, fruto de la mente creativa de Joe Shuster y Jerry Siegel, apareció por primera vez en el primer ejemplar de Action Comics (1938) y sería fuente de inspiración para otros superdotados. De hecho, la ingenuidad del personaje y su estudiado aspecto quedaron algo anacrónicos a partir de la década de los setenta, con los grandes cambios políticos y las nuevas amenazas mundiales. Algo que hubo de ser revisado y renovado.
Gracias a Superman, Bob Kane pudo imprimir oscuridad y drama a Batman o Stan Lee dotar de picardía y humanidad a Spiderman. Empero, el director de la nueva cinta del hijo de Krypton es Brian Singer, que tuteló previamente dos filmes de la saga de los X- Men, producto de la editorial estadounidense Marvel.
Superman – en cambio- es editado por DC comics, la gran competidora de Marvel y el otro potente activo de los tebeos de superhéroes. La popularidad del hombre de acero ha trascendido las viñetas convirtiéndose en uno de los iconos de la cultura ‘pop’ y símbolo vivo de los Estados Unidos (los colores de su traje le delatan). Por ello, la radio, televisión y cine han dedicado mucho de su tiempo al personaje y numerosas figuras articuladas, juegos o accesorios se han servido de su efigie para cautivar a ‘fans’ y compradores.
Superman procede del planeta Krypton – destruido tras un cataclismo - y es hijo de Jor- El y Lara. Su nombre originario – Kar- El- fue sustituido por el de Clark Kent una vez fue adoptado por la familia del mismo apellido en Kansas, Estados Unidos. Desde entonces, el pequeño bebé -que aterrizara en la tierra a bordo de una nave- tuvo que ser consciente de la envergadura de sus actos y poderes mientras desarrollaba su vida entre humanos.
Ingenuidad desde Krypton
Los primeros cómics de Superman acusan la inocencia y apenas se pueden percibir los dilemas emocionales, existenciales y sociales que viven sus compañeros más jóvenes (los citados Batman o Spiderman, entre otros). Sus historias, pues, están trufadas de peleas y rápidos cambios de personalidad para afrontar las amenazas cósmicas que ponían en peligro a los habitantes del planeta y a los de Metrópolis, ciudad en la que se instala para trabajar como periodista en el diario Daily Planet.
El pueblo que le vio crecer (Smallville) y uno de sus primeros amores (Lana Lang) pasarían inadvertidos en cuanto la intrépida reportera Lois Lane hiciera acto de presencia conquistando el corazón del ‘hijo de Krypton’.
A partir de aquí, los guionistas han situado al personaje en conflictos más profundos gracias a la continuidad retroactiva, una manera de revisar y remodelar al protagonista. De este modo, de las tradicionales historias publicadas en los años setenta por la editorial mexicana Nóvaro para el público latino se comenzó a investigar y desarrollar los aspectos íntimos de Kar- El, reflejados en trabajos como “Superman: Las cuatro estaciones” o “La Muerte de Superman”.
La primera serie citada contempla los suculentos guiones de Jeph Loeb y los dibujos de Tim Sale, éste tándem fue uno de los premiados con los prestigiosos premios Eisner de cómic. “Las Cuatro Estaciones” (1998) realiza un recorrido por la trayectoria de sus amores, las localizaciones donde opera regularmente, su archienemigo Lex Luthor o el control de sus poderes. Superman se vuelve espiritual.
“La Muerte de Superman”, en cambio, sirvió de reclamo comercial para aupar a un personaje de por sí, maltratado por la opinión pública ante la contundencia de mutantes (tebeos como X- Men, X- Factor, New Mutants) o héroes de catadura distinta. Este cómic, de paso, aunó las cinco colecciones en las que aparecía: “Superman Adventures”, “Superman: The Man of Steel”, “Justice League of America”, “Superman: Action Comics” y “Superman” en 1993.
Un “alien” adaptado
En la saga actual “Superman Adventures” – de estilo ‘cartoon’- el hombre de acero es referido como ‘alien’ o ‘alienígena’, algo impensable en épocas anteriores y que le deja en una posición más marginal o alejada de su característica inamovible como icono. Ya no es el ‘superhombre’ de dimensiones similares al que describiera Nietzsche, ahora se había convertido en una rareza del calibre de los mutantes.
El director de la nueva cinta, Brian Singer, ha manifestado su afinidad emocional con el personaje, “Superman y yo compartimos el que ambos hemos sido adoptados. Yo era hijo único y él también lo era. Por estas simples razones he sentido siempre una auténtica conexión con él, y por eso es mi Superhéroe favorito.”
Ganada esta parte, la pendiente era la elección del actor principal. “Con lo abrumador que resultaba ser el sucesor de Christopher Reeve, el actor que daría vida a Superman no podía darse el lujo de tener el exceso de equipaje que supone ser una estrella de cine” aseguró Singer. “Yo necesitaba a alguien que representaba y que se asemejaba al recuerdo colectivo que todos tenemos de Superman.”
Así, Brandon Routh, de veintiséis años, fue el escogido. “Al hablar con él pude percibir su educación del centro-oeste de los Estados Unidos y todos esos ideales clásicos que provienen de esa clase de infancia y que también comparte y encarna Superman” destacó el director sobre él.
mgg
Superman fue el primero, la leyenda y mito o el deseo de muchos pequeños que se sirvieron de su atuendo – uno de los más populares- para encarnar al hombre de la ‘s’ en el pecho en carnavales o fiestas de disfraces. Además, el mundo está lleno de ejemplos de gente ataviada con el célebre traje para reivindicar, llamar la atención o simplemente realizar una declaración de intenciones no exenta de ironía.
Símbolo pop
Este personaje ficticio, fruto de la mente creativa de Joe Shuster y Jerry Siegel, apareció por primera vez en el primer ejemplar de Action Comics (1938) y sería fuente de inspiración para otros superdotados. De hecho, la ingenuidad del personaje y su estudiado aspecto quedaron algo anacrónicos a partir de la década de los setenta, con los grandes cambios políticos y las nuevas amenazas mundiales. Algo que hubo de ser revisado y renovado.
Gracias a Superman, Bob Kane pudo imprimir oscuridad y drama a Batman o Stan Lee dotar de picardía y humanidad a Spiderman. Empero, el director de la nueva cinta del hijo de Krypton es Brian Singer, que tuteló previamente dos filmes de la saga de los X- Men, producto de la editorial estadounidense Marvel.
Superman – en cambio- es editado por DC comics, la gran competidora de Marvel y el otro potente activo de los tebeos de superhéroes. La popularidad del hombre de acero ha trascendido las viñetas convirtiéndose en uno de los iconos de la cultura ‘pop’ y símbolo vivo de los Estados Unidos (los colores de su traje le delatan). Por ello, la radio, televisión y cine han dedicado mucho de su tiempo al personaje y numerosas figuras articuladas, juegos o accesorios se han servido de su efigie para cautivar a ‘fans’ y compradores.
Superman procede del planeta Krypton – destruido tras un cataclismo - y es hijo de Jor- El y Lara. Su nombre originario – Kar- El- fue sustituido por el de Clark Kent una vez fue adoptado por la familia del mismo apellido en Kansas, Estados Unidos. Desde entonces, el pequeño bebé -que aterrizara en la tierra a bordo de una nave- tuvo que ser consciente de la envergadura de sus actos y poderes mientras desarrollaba su vida entre humanos.
Ingenuidad desde Krypton
Los primeros cómics de Superman acusan la inocencia y apenas se pueden percibir los dilemas emocionales, existenciales y sociales que viven sus compañeros más jóvenes (los citados Batman o Spiderman, entre otros). Sus historias, pues, están trufadas de peleas y rápidos cambios de personalidad para afrontar las amenazas cósmicas que ponían en peligro a los habitantes del planeta y a los de Metrópolis, ciudad en la que se instala para trabajar como periodista en el diario Daily Planet.
El pueblo que le vio crecer (Smallville) y uno de sus primeros amores (Lana Lang) pasarían inadvertidos en cuanto la intrépida reportera Lois Lane hiciera acto de presencia conquistando el corazón del ‘hijo de Krypton’.
A partir de aquí, los guionistas han situado al personaje en conflictos más profundos gracias a la continuidad retroactiva, una manera de revisar y remodelar al protagonista. De este modo, de las tradicionales historias publicadas en los años setenta por la editorial mexicana Nóvaro para el público latino se comenzó a investigar y desarrollar los aspectos íntimos de Kar- El, reflejados en trabajos como “Superman: Las cuatro estaciones” o “La Muerte de Superman”.
La primera serie citada contempla los suculentos guiones de Jeph Loeb y los dibujos de Tim Sale, éste tándem fue uno de los premiados con los prestigiosos premios Eisner de cómic. “Las Cuatro Estaciones” (1998) realiza un recorrido por la trayectoria de sus amores, las localizaciones donde opera regularmente, su archienemigo Lex Luthor o el control de sus poderes. Superman se vuelve espiritual.
“La Muerte de Superman”, en cambio, sirvió de reclamo comercial para aupar a un personaje de por sí, maltratado por la opinión pública ante la contundencia de mutantes (tebeos como X- Men, X- Factor, New Mutants) o héroes de catadura distinta. Este cómic, de paso, aunó las cinco colecciones en las que aparecía: “Superman Adventures”, “Superman: The Man of Steel”, “Justice League of America”, “Superman: Action Comics” y “Superman” en 1993.
Un “alien” adaptado
En la saga actual “Superman Adventures” – de estilo ‘cartoon’- el hombre de acero es referido como ‘alien’ o ‘alienígena’, algo impensable en épocas anteriores y que le deja en una posición más marginal o alejada de su característica inamovible como icono. Ya no es el ‘superhombre’ de dimensiones similares al que describiera Nietzsche, ahora se había convertido en una rareza del calibre de los mutantes.
El director de la nueva cinta, Brian Singer, ha manifestado su afinidad emocional con el personaje, “Superman y yo compartimos el que ambos hemos sido adoptados. Yo era hijo único y él también lo era. Por estas simples razones he sentido siempre una auténtica conexión con él, y por eso es mi Superhéroe favorito.”
Ganada esta parte, la pendiente era la elección del actor principal. “Con lo abrumador que resultaba ser el sucesor de Christopher Reeve, el actor que daría vida a Superman no podía darse el lujo de tener el exceso de equipaje que supone ser una estrella de cine” aseguró Singer. “Yo necesitaba a alguien que representaba y que se asemejaba al recuerdo colectivo que todos tenemos de Superman.”
Así, Brandon Routh, de veintiséis años, fue el escogido. “Al hablar con él pude percibir su educación del centro-oeste de los Estados Unidos y todos esos ideales clásicos que provienen de esa clase de infancia y que también comparte y encarna Superman” destacó el director sobre él.
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