El eternauta en la biblioteca nacional
De la lista Mlargenta
Ayer arrancó el homenaje a Oesterheld y al Eternauta en la Biblioteca
Nacional.
Lo mejor, lejos, la decoración alusiva de la Plaza del Lector, la que
conecta la avenida Las Heras con el edificio de la Biblioteca. Ahí no sólo
se puso mucha guita. También hay talento, creatividad y genuino amor por la
obra de HGO.
Después está la muestra de los artistas (mayormente plásticos), en una
hermosa galería... llena de porquerías. La verdad, los artistas plásticos no
entienden UN CARAJO de historieta, no sintonizan y no le ponen onda. La
inmensa mayoría de los trabajos expuestos son delirios frutihortícolas que
no emocionan ni sorprenden más allá de algún hallazgo técnico. Lo mejor de
la muestra es el retrato de HGO realizado por el Menchi Sábat.
Arriba, en el primer piso, hay otra escala imperdible para los amantes de la
historieta: una muestra hemerográfica en la que se pueden ver CENTENARES de
revistas en las que se publicaron trabajos de HGO (de Gatito hasta El
Descamisado, pasando por Billiken, Skorpio y bizarros comic-books de
superhéroes criollos), manuscritos del maestro, y originales de varios de
los artistas con los que trabajó en los '50 y '60. También están las
reediciones más recientes de sus obras (de Colihue, Doeyo, Clarín, etc.),
algunas publicaciones europeas, fotos de HGO con su esposa y sus hijas y
muchísima merca más.
La presentación del homenaje desbordó la capacidad del auditorio Jorge Luis
Borges. Se realizó un panel en el que hablaron varios muertos de frío,
Horacio González (el director de la BN), y los maestros Juan Sasturain y
Solano López. Igual, la mayor ovación se la llevó Elsa Sánchez de Oesterheld
cuando, desde la primera fila del auditorio, nos informó que las Abuelas
acababan de encontrar al Nieto n°88.
Como siempre, la gente a la que verdaderamente le interesa la historieta
nacional se hizo presente para apoyar la movida y saludar a los próceres.
Ahí estuvieron artistas (Salvador Sanz, J.J. Rovella, Adrián Montini,
Patricia Breccia, Diego Agrimbau, Andrés Lozano, etc.), especialistas (el
inmenso Mariano Chinelli, Fernando "Bicho" García, Andrés Ferreiro, Fede
Velasco, etc.), fans, y hasta Javier Doeyo, el único editor en actividad a
quien la Justicia declaró culpable de un delito penal. Seguramente había más
grossos a quienes no conozco personalmente, o de quienes me estoy olvidando
muy a mi pesar.
Lindo el cataloguito, interesantísima la historieta de Solano y Sasturain y
una emoción ver esas banderas gigantescas del Eternauta flamear sobre las
paredes externas del edificio de la Biblioteca.
No mucho más. Ahora, a esperar la 50/30, que va a ser DEVASTADORAMENTE
GROSSA.
Andrés A./ Profesor CaosAyer arrancó el homenaje a Oesterheld y al Eternauta en la Biblioteca
Nacional.
Lo mejor, lejos, la decoración alusiva de la Plaza del Lector, la que
conecta la avenida Las Heras con el edificio de la Biblioteca. Ahí no sólo
se puso mucha guita. También hay talento, creatividad y genuino amor por la
obra de HGO.
Después está la muestra de los artistas (mayormente plásticos), en una
hermosa galería... llena de porquerías. La verdad, los artistas plásticos no
entienden UN CARAJO de historieta, no sintonizan y no le ponen onda. La
inmensa mayoría de los trabajos expuestos son delirios frutihortícolas que
no emocionan ni sorprenden más allá de algún hallazgo técnico. Lo mejor de
la muestra es el retrato de HGO realizado por el Menchi Sábat.
Arriba, en el primer piso, hay otra escala imperdible para los amantes de la
historieta: una muestra hemerográfica en la que se pueden ver CENTENARES de
revistas en las que se publicaron trabajos de HGO (de Gatito hasta El
Descamisado, pasando por Billiken, Skorpio y bizarros comic-books de
superhéroes criollos), manuscritos del maestro, y originales de varios de
los artistas con los que trabajó en los '50 y '60. También están las
reediciones más recientes de sus obras (de Colihue, Doeyo, Clarín, etc.),
algunas publicaciones europeas, fotos de HGO con su esposa y sus hijas y
muchísima merca más.
La presentación del homenaje desbordó la capacidad del auditorio Jorge Luis
Borges. Se realizó un panel en el que hablaron varios muertos de frío,
Horacio González (el director de la BN), y los maestros Juan Sasturain y
Solano López. Igual, la mayor ovación se la llevó Elsa Sánchez de Oesterheld
cuando, desde la primera fila del auditorio, nos informó que las Abuelas
acababan de encontrar al Nieto n°88.
Como siempre, la gente a la que verdaderamente le interesa la historieta
nacional se hizo presente para apoyar la movida y saludar a los próceres.
Ahí estuvieron artistas (Salvador Sanz, J.J. Rovella, Adrián Montini,
Patricia Breccia, Diego Agrimbau, Andrés Lozano, etc.), especialistas (el
inmenso Mariano Chinelli, Fernando "Bicho" García, Andrés Ferreiro, Fede
Velasco, etc.), fans, y hasta Javier Doeyo, el único editor en actividad a
quien la Justicia declaró culpable de un delito penal. Seguramente había más
grossos a quienes no conozco personalmente, o de quienes me estoy olvidando
muy a mi pesar.
Lindo el cataloguito, interesantísima la historieta de Solano y Sasturain y
una emoción ver esas banderas gigantescas del Eternauta flamear sobre las
paredes externas del edificio de la Biblioteca.
No mucho más. Ahora, a esperar la 50/30, que va a ser DEVASTADORAMENTE
GROSSA.
Andrés A./ Profesor Caos
Nacional.
Lo mejor, lejos, la decoración alusiva de la Plaza del Lector, la que
conecta la avenida Las Heras con el edificio de la Biblioteca. Ahí no sólo
se puso mucha guita. También hay talento, creatividad y genuino amor por la
obra de HGO.
Después está la muestra de los artistas (mayormente plásticos), en una
hermosa galería... llena de porquerías. La verdad, los artistas plásticos no
entienden UN CARAJO de historieta, no sintonizan y no le ponen onda. La
inmensa mayoría de los trabajos expuestos son delirios frutihortícolas que
no emocionan ni sorprenden más allá de algún hallazgo técnico. Lo mejor de
la muestra es el retrato de HGO realizado por el Menchi Sábat.
Arriba, en el primer piso, hay otra escala imperdible para los amantes de la
historieta: una muestra hemerográfica en la que se pueden ver CENTENARES de
revistas en las que se publicaron trabajos de HGO (de Gatito hasta El
Descamisado, pasando por Billiken, Skorpio y bizarros comic-books de
superhéroes criollos), manuscritos del maestro, y originales de varios de
los artistas con los que trabajó en los '50 y '60. También están las
reediciones más recientes de sus obras (de Colihue, Doeyo, Clarín, etc.),
algunas publicaciones europeas, fotos de HGO con su esposa y sus hijas y
muchísima merca más.
La presentación del homenaje desbordó la capacidad del auditorio Jorge Luis
Borges. Se realizó un panel en el que hablaron varios muertos de frío,
Horacio González (el director de la BN), y los maestros Juan Sasturain y
Solano López. Igual, la mayor ovación se la llevó Elsa Sánchez de Oesterheld
cuando, desde la primera fila del auditorio, nos informó que las Abuelas
acababan de encontrar al Nieto n°88.
Como siempre, la gente a la que verdaderamente le interesa la historieta
nacional se hizo presente para apoyar la movida y saludar a los próceres.
Ahí estuvieron artistas (Salvador Sanz, J.J. Rovella, Adrián Montini,
Patricia Breccia, Diego Agrimbau, Andrés Lozano, etc.), especialistas (el
inmenso Mariano Chinelli, Fernando "Bicho" García, Andrés Ferreiro, Fede
Velasco, etc.), fans, y hasta Javier Doeyo, el único editor en actividad a
quien la Justicia declaró culpable de un delito penal. Seguramente había más
grossos a quienes no conozco personalmente, o de quienes me estoy olvidando
muy a mi pesar.
Lindo el cataloguito, interesantísima la historieta de Solano y Sasturain y
una emoción ver esas banderas gigantescas del Eternauta flamear sobre las
paredes externas del edificio de la Biblioteca.
No mucho más. Ahora, a esperar la 50/30, que va a ser DEVASTADORAMENTE
GROSSA.
Andrés A./ Profesor CaosAyer arrancó el homenaje a Oesterheld y al Eternauta en la Biblioteca
Nacional.
Lo mejor, lejos, la decoración alusiva de la Plaza del Lector, la que
conecta la avenida Las Heras con el edificio de la Biblioteca. Ahí no sólo
se puso mucha guita. También hay talento, creatividad y genuino amor por la
obra de HGO.
Después está la muestra de los artistas (mayormente plásticos), en una
hermosa galería... llena de porquerías. La verdad, los artistas plásticos no
entienden UN CARAJO de historieta, no sintonizan y no le ponen onda. La
inmensa mayoría de los trabajos expuestos son delirios frutihortícolas que
no emocionan ni sorprenden más allá de algún hallazgo técnico. Lo mejor de
la muestra es el retrato de HGO realizado por el Menchi Sábat.
Arriba, en el primer piso, hay otra escala imperdible para los amantes de la
historieta: una muestra hemerográfica en la que se pueden ver CENTENARES de
revistas en las que se publicaron trabajos de HGO (de Gatito hasta El
Descamisado, pasando por Billiken, Skorpio y bizarros comic-books de
superhéroes criollos), manuscritos del maestro, y originales de varios de
los artistas con los que trabajó en los '50 y '60. También están las
reediciones más recientes de sus obras (de Colihue, Doeyo, Clarín, etc.),
algunas publicaciones europeas, fotos de HGO con su esposa y sus hijas y
muchísima merca más.
La presentación del homenaje desbordó la capacidad del auditorio Jorge Luis
Borges. Se realizó un panel en el que hablaron varios muertos de frío,
Horacio González (el director de la BN), y los maestros Juan Sasturain y
Solano López. Igual, la mayor ovación se la llevó Elsa Sánchez de Oesterheld
cuando, desde la primera fila del auditorio, nos informó que las Abuelas
acababan de encontrar al Nieto n°88.
Como siempre, la gente a la que verdaderamente le interesa la historieta
nacional se hizo presente para apoyar la movida y saludar a los próceres.
Ahí estuvieron artistas (Salvador Sanz, J.J. Rovella, Adrián Montini,
Patricia Breccia, Diego Agrimbau, Andrés Lozano, etc.), especialistas (el
inmenso Mariano Chinelli, Fernando "Bicho" García, Andrés Ferreiro, Fede
Velasco, etc.), fans, y hasta Javier Doeyo, el único editor en actividad a
quien la Justicia declaró culpable de un delito penal. Seguramente había más
grossos a quienes no conozco personalmente, o de quienes me estoy olvidando
muy a mi pesar.
Lindo el cataloguito, interesantísima la historieta de Solano y Sasturain y
una emoción ver esas banderas gigantescas del Eternauta flamear sobre las
paredes externas del edificio de la Biblioteca.
No mucho más. Ahora, a esperar la 50/30, que va a ser DEVASTADORAMENTE
GROSSA.
Andrés A./ Profesor Caos
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