Exposición de arte

viernes, agosto 31, 2007

Hoy Nació Ambros, 31 de Agosto 1913 - 30 de septiembe de1992

Estudió Magisterio y ejerció como maestro hasta el final de la guerra civil española; entonces, por razones políticas, prefirió abandonar la docencia y ayudar a sus padres en los trabajos del campo. En 1946 se presentó ante Juan Puerto, fundador de Editorial Valenciana, con un tebeo de El Guerrero del Antifaz realizado por él, lo que le valió la posibilidad de realizar algunas historietas humorísticas para la editorial. Ese mismo año se trasladó a Barcelona, donde comenzó por realizar algunos tebeos para pequeñas editoriales, como los cuadernos de aventuras Dos yanquis en África, para Bergis Mundial, o algunas páginas para el semanario Chispa. Su primer trabajo importante, sin embargo, consistió en dibujar la serie El Caballero Fantasma , del guionista Federico Amorós. El personaje estaba inspirado en El Zorro y lo publicaba la editorial Grafidea.

El Caballero Fantasma tuvo un éxito considerable. Otra editora de tebeos, Saturno, que publicaba las aventuras de un personaje de nombre idéntico, interpuso una demanda, lo que obligó a Federico Amorós a "matar" al protagonista, que fue sustituido por su pupilo, El Jinete Fantasma. Lejos de perjudicar a la serie, el cambio incrementó inesperadamente las ventas. En 1951 se dejó de editar la serie, de la que llegaron a publicarse 146 números, pero Ambrós continuó dibujando una nueva serie de aventuras, Chispita, cuyo protagonista era el hijo del Jinete Fantasma.

Gracias al éxito de El Jinete Fantasma, Ambrós fue contratado por Bruguera, para la que empezó ilustrando el suplemento de aventuras de Pulgarcito, con la serie La nave del tiempo, de la que se publicaron 10 cuadernos. También trabajó como ilustrador de algunos libros de Bruguera, como Los tres mosqueteros.

En 1956 Ambrós recibió el encargo de crear la imagen de El Capitán Trueno a partir de la sinopsis de Víctor Mora. A partir de junio de ese año dibujó al personaje, tanto en el cuadernillo de aventuras quincenal como en sus apariciones en la revista Pulgarcito. A partir del nº 22 el cuadernillo, a causa del éxito de la serie, pasó a tener periodicidad semanal, lo que imponía a Ambrós un ritmo de trabajo frenético. Hasta el número 35 Ambrós ilustró la serie en solitario, pero en el siguiente contó con la ayuda de un entintador, Beaumont, quien colaboró en los números 36, 38-45, 47-168 y 173-175. En las páginas de Pulgarcito El Capitán Trueno se publicaba en las páginas centrales, junto a otras series de aventuras, como El inspector Dan de la patrulla volante, de Eugenio Giner o El capitán Vendaval, de Tony Bernal.

El Capitán Trueno consiguió un éxito sin parangón en la historia de la historieta española, alcanzando una tirada de 350.000 ejemplares por episodio. Sin embargo, este éxito tenía escasa repercusión económica en su dibujante, quien, harto de las imposiciones de la editorial, decidió abandonar la serie tras el número 175. En 1960 se trasladó a París para tratar de impulsar su carrera como pintor, pero su escasa fortuna hizo que regresara a España en 1964 y volviese a trabajar para Bruguera. Aunque al principio no quiso continuar dibujando El Capitán Trueno, y se dedicó a realizar episodios de Rintintín y Tarzán y a ilustrar novelas de la editorial, en septiembre de ese mismo año terminó por regresar al personaje, aunque sólo publicó tres aventuras en Trueno Extra, revista semanal que había aparecido en 1960.

En 1965 dejó Bruguera y empezó a trabajar para Editorial Valenciana, en la que realizó varias historietas hasta 1971. El año anterior había regresado a Bruguera para dar vida a otro personaje de Víctor Mora, El Corsario de Hierro , que empezó a publicarse en la revista Mortadelo.

En 1981 Ambrós se retiró del mundo del cómic, al que ya no regresaría nunca más, con una sola excepción: la historia de El Capitán Trueno que dibujó expresamente para la Historia de los Cómics (1983) de la editorial Toutain.

En 1989 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona por el conjunto de su obra. La historia de El Capitán Trueno -y la del cómic español- sería otra muy distinta sin los dibujos de Ambrós.